La artista pretendía unir ambas propiedades de manera que pudiera pasar de una a la otra sin salir a la calle, pero no ha obtenido las licencias necesarias, por lo que tiene que recorrer todos los días 18 metros de acera para entrar en su gimnasio personal.
La posibilidad de ver a la cantante en ropa deportiva ha suscitado el interés de numerosos ciudadanos londinenses, que se concentran cada día en las inmediaciones de la calle Marylebone.
La rutina deportiva de la cantante es muy regular y antes de construirse su propio gimnasio acudía a las clases de yoga de su entrenador personal, James D'Silva, en Saint Jonh's Wood.
Allí hacía esperar a su chofer estacionado sobre la línea amarilla, por lo que a lo largo de seis meses tuvo que pagar multas acumuladas por valor de más de 4.800 dólares.
Al principio, el conductor intentó excusarse con los guardias de tráfico explicando su caso, pero finalmente, en un intento de contentar tanto al Ayuntamiento como a su jefa, optó por esperarla dando vueltas por el vecindario.
Sin embargo, Madonna consideró que la mejor solución era dejar de pagar multas de tráfico y ponerse el gimnasio en casa.
Se cree que la actriz Jennifer Saunders y el fotógrafo Mario Testino también estuvieron interesados en la finca adquirida por la cantante, pero finalmente no pudieron superar su oferta.
Madonna y su marido, Guy Ritchie, poseen otras cinco propiedades en Londres además de otras tantas en Wilthshire, Nueva York y Los Ángeles.
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