La ex conejita de Playboy y modelo sonrió a las cámaras y poco a poco se fue sacando su ropa interior negra antes de subirse a un auto.
Finalmente Sand volvió a sonreir, se subió al auto y se despidió, con la ropa en la mano, y dejando a los paparazzi con fotos que seguramente nunca pensaron que iban a conseguir esa noche.
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