La princesa del pop tomó ropa interior del local ubicado en el oeste de Hollywood y enfiló directo a los probadores. Pero los empleados le advirtieron que no estaba permitido probarse ropa interior. “Ella estaba muy molesta”, dijo un testigo del suceso.
“Se veía fuera de si misma”, agregó otra fuente a la revista Us Magazine.
En ese momento, Britney se quitó su propia bombacha y se probó un “cullote” con la inscripción “Barely Legal” (apenas legal) delante de 15 empleados que trabajaban en el local.
El personal comenzó a gritarle que no lo se cambiara delante de todos, pero la cantante respondió: “Bueno, y si no me dejaban ponermela en los probadores”.
Los empleados le informaron que ahora debía abonar la prenda por lo que sacó su tarjeta de crédito y cumplió con el pedido.
Pero el escándalo no terminó ahí ya que antes de retirarse del comercio se acercó a un mannequin, le arrebató la peluca y se la robó.
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