Britney Spears no tiene descanso. Está pagando el precio de ser una de las estrellas del momento y los paparazzis la persiguen a todos lados donde se dirige.El viernes pasado, la ex princesa del pop subió a su convertible con destino a una sucursal de Starbucks en Los Ángeles.
Cuando la estrella se bajó del vehículo, el vestido blanco de bambula que lucía se le cayó y quedó al descubierto uno de sus pechos.
Minutos más tarde, Spears acudió a una peluquería y salió con un top colorado con el fin de evitar un nuevo papelón.
Infobae.


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